lunes, 2 de julio de 2007

Escribe el Señor Artaud


He entrado en la literatura escribiendo libros para decir que no podía escribir absolutamente

1. nada; cuando tenia algo que decir o escribir, mi pensamiento era lo que más se negaba. Nunca

tenía ideas, y dos o tres pequeños libros de setenta páginas cada uno giran sobre esta ausencia

profunda, inveterada, endémica, de toda idea.

...ni el espacio

1.

ni la posibilidad,

yo no sabía exactamente qué era,

y no experimentaba la necesidad de pensarlo;

eran palabras

inventadas para definir cosas

que existían

o no existían

frente a

la urgencia apremiante

de una necesidad:

la de suprimir la idea,

la idea y su mito

y de hacer reinar en su lugar

la manifestación trotante

de esta explosiva necesidad:

dilatar el cuerpo de mi noche interna,

de la nada interna

de mi yo

que es noche

nada,

irreflexión,

pero que es explosiva afirmación

de que hay

algo

a lo cual puede ceder lugar:

mi cuerpo.





Yo estaba vivo

1.

y estaba allí desde siempre

¿Comía yo?

No

pero cuando tenía hambre yo retrocedía con mi cuerpo

[y no me comía a mí mismo

pero todo esto se ha corrompido

una operación insólita se efectuaba

yo no estaba enfermo

yo reconquistaba la salud

siempre por un retorno hacia atrás del cuerpo

mi cuerpo me traicionó

él no me conocía bien aún

comer es llevar adelante aquello que debe quedar atrás

¿Dormía yo?

No, no dormía

hay que ser casto para saber no comer

Abrir la boca, es ofrecerse a las miasmas

Entonces ¡nada de boca!

Nada de boca

nada de lengua

nada de dientes

nada de laringe

nada de esófago

nada de estómago

nada vientre

nada de ano

Yo reconstruiré al hombre que soy


(Antonin Artaud)

No hay comentarios: